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jueves, 16 de octubre de 2014

¿QUÉ FUE DE LA INSTITUCIÓN LIBRE DE ENSEÑANZA?



El próximo 29 de Octubre se cumplirán 138 años desde la fundación de la Institución Libre de Enseñanza.
Son muchas las semejanzas de aquellos tiempos con los nuestros. Quizá demasiadas.
Aquel 29 de Octubre hacía pocos meses que se había promulgado una nueva Constitución. Porque el  convulso siglo XIX alumbraría, sucesivamente,
-          La Pepa de 1812;
-          después el Estatuto Real de 1834;
-          más tarde, la Constitución de 1837;
-          años después  la de 1845;
-          otra en 1869;
-          y por fin la de 1876, última del siglo XIX y coetánea al nacimiento de la Institución Libre de Enseñanza. Supuso un fuerte retroceso en libertades, respecto de alguna anterior, de tendencia más liberal.

Pero la Institución Libre de Enseñanza no nació con  finalidad política. O sí, según se mire, pero política con mayúsculas, porque era una nueva iniciativa pedagógica, una nueva forma de enseñar a aprender, con libertad de enseñanza y libertad de cátedra, desde la inviolabilidad de la conciencia científica y  una negativa radical a  cualquier dogma.

La Institución Libre de Enseñanza, que  había nacido de las ideas del filósofo alemán Karl Christian Friedrich Krause, creador del más tarde denominado “krausismo”, proponía la regeneración de las costumbres, la modernización a partir de la preparación cultural  de un nuevo tipo de persona capaz de tener criterios propios, afán de autocrítica y de crítica constructiva, capaz de hacer frente al descalabro social y moral del país; una persona culta e instruida.

Yo quiero eso para mis descendientes. ¿Quién no?

Para llegar a eso opino que hemos de rechazar proactivamente los cambios continuos de Leyes de Educación según cambia la orientación del gobierno porque es inadmisible. Para nuestros hijos y para su equilibrio.  Si en 1876 era analfabeta una gran parte de la población (cerca de tres cuartos), ahora no es así. Y si entonces la aparición de la Institución Libre de Enseñanza abrió a muchas personas la posibilidad de educarse y de hacerlo bien, ahora podría ser igual de adecuada.
Ya hemos sido testigos de cómo preñar la Educación de ideología es una inmensa cobardía y una desfachatez malsana. No caigamos en la misma trampa ni en el mismo error.

Hemos de ser conscientes de que a la Educación en España le hace falta un Gran Consenso, un Pacto de Estado para la Educación.

Ahora que se habla tanto de Finlandia como ejemplo de educación puntera, repasemos  lo que hicieron: pusieron a la educación por delante de otras prioridades. Recién  escindidos de Rusia, sin un lugar en el mundo, altamente dependientes de su anterior cobijo, decidieron empezar desde abajo y pusieron toda la carne en el asador educativo. No les cupo otro remedio, sacaron su orgullo y su grandeza, aparcaron diferencias. Y ahora son un ejemplo. Pero habría más ejemplos: Corea del Sur.

La extraordinaria pequeñez de nuestr@s polític@s, fiel reflejo de esta España con predominio de un sector terciario de escasa calidad, no augura altura de miras para llegar a un pacto de Estado por la educación. Con la derecha bien apoyada en la iglesia católica, encerrada en sus postulados elitistas, y la izquierda (?) entre zoombie y dividida, parece ser la hora de volver a los postulados de la Institución Libre de Enseñanza.

Que la dictadura le diese el rejón de muerte ya es un punto que hace simpatizar con su utilidad para “hacer” ciudadan@s libres. Ante la falta de un pacto de Estado yo me pregunto, ¿Qué fue de la Institución Libre de Enseñanza? ¿Será capaz la sociedad civil de reverdecer los laureles de aquella estupenda iniciativa? ¿Existe algo parecido? ¿Podemos hacer algo para volver sobre nuestros pasos y acercársela a las generaciones venideras?


Investiguemos sobre la Inteligencia Ejecutiva, como la denomina José Antonio Marina. El orden la ética, la organización y autoorganización y las habilidades sociales son su tesoro más valioso. Nuestra obligación como padres, tíos, abuelos, es proporcionar las herramientas para que, si lo hacemos,  este país pueda tener otro futuro. Está en nuestras manos.
 


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